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OPINIÓN
Por Horacio Hernández Anguita
Vigencia de Camilo Henríquez

Esta columna, publicada en el Diario el Centro de la ciudad de Talca el 19 de septiembre de 2009, explica -en el contexto del bicentenario- la obra del autor Roberto Hernández Cornejo, quien bajo el título "Camilo Henríquez y la publicación de la Aurora de Chile" destaca la presencia en nuestra historia independiente, del padre del periodismo nacional, y su influencia hasta el día de hoy.


La celebración de Fiestas Patrias posee hoy un significado especial. Es que iniciamos la conmemoración de los doscientos años de historia independiente. Aunque haya matices en las fechas, pues los hitos históricos se dan al interior de un proceso amplio y complejo, 1810 marca el origen de la futura República de Chile.

Entre las personalidades de la Independencia que vale la pena recordar, y cuyo influjo permanece hasta ahora, está Camilo Henríquez (1769-1825). En los registros digitales de la Memoria Chilena, de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), encuentro un texto lúcido y actual sobre el padre del periodismo en Chile, volumen que también poseo en mi biblioteca. Su autor es Roberto Hernández Cornejo, investigador de la historia patria y periodista. La obra se titula: "Camilo Henríquez y la publicación de la Aurora de Chile" (Valparaíso. Imprenta Victoria, 1930). Doy la palabra a este destacado erudito:

"La hojas impresas de ese primer periódico, que son como los pañales del diarismo nacional, forman también el pedestal de más notoriedad para Camilo Henríquez, a quien cupo la envidiable gloria de haber esgrimido, antes que ningún otro chileno el arma de la pluma en defensa de los intereses y de la libertad de la patria. No es hipérbole decir que entre las grandes figuras de la generación de 1810, ninguna se diseña en el horizonte del pasado, más simpática, más original, más limpia de toda mancha, que la de ese ilustre y desventurado fraile, que antes que nadie en Chile manejó una imprenta y editó y redactó un periódico, abogando en sus columnas con calurosa elocuencia por los fueros conculcados por la humanidad.

"La Aurora de Chile", fue el programa, la profesión de fe política, social y económica de la revolución. Con los sombríos colores que le inspiraba el odio a la tiranía, pintó los vicios y torpezas del despotismo colonial y la misérrima postración en que al país tenía sumergido, esforzándose por demostrar en seguida, los sagrados derechos del pueblo y la justicia de la revolución, que él llamaba el acontecimiento más memorable que hubieran visto los siglos.

Camilo Henríquez, quiso hacer de la prensa el oráculo de la opinión pública, -única base firme de los nuevos Gobiernos- un magisterio sagrado, una especie de sacerdocio a que no alcanzaran las pasiones y miseria de los partidos. Pero, colocado en las difíciles circunstancias de aquel entonces, que requerían hombres de pensamiento y acción, reclamaba para ese sacerdocio el derecho de predicar la guerra santa, que mantuviera vivo el espíritu revolucionario.

Cuando los generales reclutaban los ejércitos de la patria, y no encontraban algunas veces más que al soldado-máquina, escribía él y les enviaba al soldado ciudadano, de robusto brazo, fortalecido por la conciencia de sus derechos y la santidad de su causa; y mientras aquéllos hacían valer en los campos de batalla la razón de la fuerza, él hacia valer en las columnas de la prensa la fuerza de la razón.

De poco aprovecharía la regeneración política, si no iba acompañada de la regeneración social. El lo sabía; y por eso, a la par que pidió facilidades para el comercio, auxilios para la minería, trabajo para la agricultura, máquinas para la industria, fomento de la inmigración y respeto para sus creencias, pidió también policía de salubridad para las poblaciones, árboles para los paseos públicos, hospitales para los enfermos del cuerpo, y libros y escuelas para los enfermos del alma".

Estas breves y resumidas palabras que cito de don Roberto Hernández, dibujan con acierto a un visionario patriota. Por la vigencia de las enseñanzas de Camilo Henríquez, bien vale la pena hacer presente su persona a en las fiestas del Bicentenario.


Publicado el 19 de Septiembre de 2009.

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