Los vestidos femeninos adornados o terminados en una cola que se arrastraba por el suelo, causaron en su momento, tanto entusiasmo en las usuarias, como escándalo y polémica entre las damas más timoratas. Hasta los teólogos tomaron partido en tan importante cuestión. Así, fray Manuel Becerril, autor del inmortal Tratado sobre la materia, expresa que su experiencia de muchos años en Chile le permite asegurar que: "por la novedad y el escándalo que había causado en Santiago el uso de las colas, era pecado mortal el llevarlas". |