NOS el Doctor Don Rafael Andreu, y Guerrero por la Gracia de Dios, y de la Santa Sede Apostolica, Obispo de Epifania, y Auxiliar de las Diocesis de Charcas, Arequipa, Cordoba del Tùcuman, Santiago de Chile, y su Gobernador en Sede-vacante, Caballero de la Real, y distinguida Orden de Carlos Tercero, &c.
POR quanto hemos tenido repetidos avisos de personas condecoradas, y timoratas, que algunos Ecleciasticos contraviniendo, y à los altos fines del Sacerdocio declaman, y arguyen no solo en conversaciones privadas, y publicas, mas áun en el respetable Sacramento de la Penitencia contra la Justa, y comun causa, que defienden este Reyno, y la America toda, en uso de unos derechos imprescriptibles, è i alienables, concedidos por la misma naturaleza, ocacionando esta conducta, opuesta à la razon, y à la lenidad, que es, y debe ser el caracter distintivo de los Ministros del Altar, enemistades, y odios hasta en el interior de las familias, y entre personas unidas con los estrechos vinculos de la sangre, con manifiesto peligro de sus conciencias, y felicidad eterna, de la paz, union, y tranquilidad de os Pueblos, y de la obediencia, que todo Ciudadano debe tributar a las autoridades legitimas, à cuya actividad, zelo, y vigilancia se han confiado las riendas del Gobierno: Para cortar de raiz el cumulo inmenso de semejantes males, y perjuicios no menos frecü ntes, que perjudicialisimos, en desempeño de nuestra primera obligacion analoga à nuestras mira é intenciones paternales, ordenamos, y mandamos á todos los Eclesiasticos Seculares, y Regulares de esta Diocesis sin distincion, ni exepcion de personas, que baxo ningun titulo, causa, motivo, ni pretexto declamen, aconsejen, ó influyan directa, ni indirectamente contra la justa causa de la America yá en conversaciones privadas, y publicas, yá en la catedra del Espiritu Santo, y mucho menos en el Venerable Sacramento de la Penitencia, debiendo por el contrario ilustrar à los iguerantes, confortar à los debiles, en quantas ocasiones se les presentan, y asegurar las conciencias timoratas manifestandoles la harmonia, y concordia, que reyna entre la Sacrosanta Religion de Jesu-Christo, y el nuevo Sistema Americano, baxo la pena que imponemos á los contraventores por el mismo hecho de suspension de confesar, predicar, y celebrar, y de las demas, que por derecho corresponden á nuestra jurisdiccion. Y à efecto de que llegue á noticia de todos, y ninguno alegue iguorancia, se publicarà en nuestra Iglesia Catedral, y en todas las de la Diocesis fixandose segun estilo en los lugares acostumbrados, y comunicandose con oficio à los Prelados de la Religiones para su exacto cumplimiento. Dado en nuestro Palacio Episcopal à 25 de Marzo de 1813.
Rafael Obispo de Epifunia y
Gobernador del Obispado.
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