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El editor acerca de la sesion de las Corlds sobre la
esclavatura.
PARECE que apenas respiran los pueblos un átomo de libertad, quando se desenuelven y despierta los sentimientos de beneficiencia, y las ideas de equidad que estaban en inaccion y silencio baxo la dureza de las antiguas leyes y costumbres. En los Estados Unidos de Norte America, en España, en Chile se ha advertido qe la esclavitud de la raza infeliz de los negros era incompatible con los sentimientos de los pueblos libres. ¡Exercicio noble de la autoridad romper cadenas, disminuir infortunios, restituir usurpados derechos á una gran parte de la envilecida humanidad! es cierto que el medio del torrente de injusticias causadas por la codicia y el egoismo, no faltaron almas rectas y compasivas, que se elevaron contra el horror de aquel inhumano tràfico. Entre nuestros escritóres Montengon habia desplegado su sensibilidad, y D. Victorian de Villava habia dicho en sus notas al Genovesi.=,,Sé muy bien que dicen sus defencores, que no hay tratado mas legitimo que el que hace un vencido con su vencedor, sediéndole la libertad, por que le conceda la vida que le podia quitar, y besando la mano, que en lugar de extermirlo lo liberta, solo con la dura condicion de que le sirva: que los desdichados que apenas tienen una subsistencia precaria, puede asegurársela enagenando la libertad á favor de quien se la promete: que la esclavitud no es una condicion, en que la naturaleza colocó á los hombres sino un estado facticio, suceptible de una infinidad de modificaciones. Bien sé que añaden á estas especiosas razones autoridades de leyes civiles que lo permiten, y de eclesiásticas que lo toleran; pero tambien sé, que la naturaleza grita de continuo contra un tratado que la desonra y vilipendia; que los hombres se sacan á público mercado como bestias; que se reconocen como caballos , que se marcan como carneros, que se cargan en un nabió como cofres; que se transportan à un clima extraño; que se dedican à un trabajo penoso; y que finalmente segun el cáculo de un moderno escitor, de nueve millones de Negros que han pasado à las colonias Europeas, no existen mas que un millon y quatrocientos mil. Si este mal es preciso para el comercio ¡desdichada naturaleza!,,.
Pero estas efuciones de las almas sensibles solo servian para alimentar odio de las filosofos contra la opresion, y el ócio de los lectores.