Tomás de Azúa |
Imagen extraida del "Diccionario bibliográfico Colonial" |
La aspiración de los santiaguinos por contar con una universidad había comenzado en 1713, gracias a la influencia del alcalde Francisco Ruiz de Berecedo. Sin embargo, fue Tomás de Azúa, quien como apoderado del Cabildo activa las gestiones en Madrid.
La labor de Azúa fue fructífera, ya que logró que Felipe V, otorgara la licencia que autoriza la fundación de la universidad con las cátedras de: "Prima de Teología, Prima de Cánones, Prima de leyes, Medicina, Maestros de la Sentencias, Matemáticas, Decretos, Instituta y dos de Artes y Lenguas". Además se estipulaba que "debían mantenerse con erogaciones de los vecinos y $5.000 del ramo de balanza".
Tomás de Azúa, en la tarde del 11 de marzo de 1747 en la sala del Cabildo, con asistencia de oidores, cabildantes y vecinos principales, es designado como el primer rector.