Por Verónica Vásquez, diario El Centro

200 años de la "Aurora" del periodismo chileno

En conmemoración del bicentenario del primer periódico del país, Horacio Hernández, nieto del historiador Roberto Hernández, reeditó el texto que escribió su abuelo sobre este impreso el año 1930.

La Aurora de Chile se publicó por primera vez el 13 de febrero de 1812, por lo tanto mañana cumple su bicentenario. El primer periódico nacional dio paso también al inicio del periodismo en nuestro país, en una época donde esta publicación ayudó no sólo en los primeros pasos de la naciente republica, sino también a la formación de su destino.

Es este punto de vista el que queda claro en el libro "200 años de la Aurora de Chile", publicado inicialmente en 1930 por el historiador Roberto Hernández, y reeditado hoy por su nieto, Horacio Hernández, encargado de la Villa Cultural Huilquilemu de la Universidad Católica del Maule y columnista de Diario El Centro.

El texto rememora los inicios de la imprenta y de la Aurora de Chile, además de homenajear a fray Camilo Henríquez, quien a través de sus escritos en este diario difundió las ideas independentistas y los principios en los que debería fundarse la nueva nación.

La Aurora de Chile abordó, fundamentalmente, temas de política y de filosofía política. Su editor fue fray Camilo Henríquez González. Contaba
con cuatro páginas impresas a dos columnas y se publicaba semanalmente los jueves. Antes de su publicación los únicos diarios que se leían en Chile, que, además,llegaban con mucho retraso al país, venían de Buenos Aires, Lima y España.

Esta publicación presentó a los lectores chilenos las ideas filosóficas de la Ilustración, de autores como Rousseau, Voltaire y otros. En sus páginas se plasmaron los principios de la soberanía popular, la facultad de los pueblos para gobernarse y elegir a sus autoridades.

El primer acto de censura hacia la Aurora de Chile fue el año 1812 cuando el redactor de prensa del primer periódico nacional se enfrentó a la junta, entidad que nombró una comisión encargada de resguardar el respeto a la religión.


Edición

El editor del texto, Horacio Hernández, comenta que este libro hace homenaje al rupturista fray Camilo Henríquez, quien legó una matriz fundamental al periodismo chileno. "En esa época se estaban llevando adelante distintas luchas en el campo de batalla, pero la batalla que libra Camilo Henríquez, de manera particular, es la de las ideas. Las ideas emancipadoras, la ilustración, ir mostrando cada vez más cuáles son los derechos de los pueblos, hacer conciencia cada vez más colectiva de lo que significaba el hacerse cargo como república,
y para eso traduce textos, busca puntos de comparación para que el país vaya creciendo".

Hernández explica que Camilo Henríquez entiende el periodismo "como vehículo generador de conciencia pública, generando noticias intencionadas no para manipular, sino para abrir la conciencia ciudadana y patriota".

Remarca que La Aurora de Chile significó para el periodismo que "los pequeños diarios locales fueran testigos extraordinarios de la memoria de nuestros abuelos, de nuestros antecesores y son fuente notable de literatura, de historia, siendo cuna de grandes autores de nuestro país que se forjaron a través de ellos".

Horacio Hernández describe a su abuelo como un reportero del pasado, un investigador de noticias, el cual siempre andaba rescatando anécdotas
y hechos poco ilustrados por la historiografía corriente. "Mi abuelo partió escribiendo en Melipilla y uno se da cuenta, en la lectura de esos textos, de que hay un interés por ir generando una opinión pública cada vez más responsable por el destino y desarrollo de su pueblo".

La principal herencia que entregó la Aurora de Chile al periodismo local-sentencia Horacio Hernández- "es concebirlo como una carrera comprometida y jugada, ya que el destino de la nación no puede ser objeto de meros intereses de mercado, sino que tienen que existir
valores trascendentes y causas que se tienen que levantar y llevar adelante en razón del bien común ciudadano.

El diario, la prensa y cualquier medio de comunicación moderno no pueden hacer vista gorda de situaciones abusivas o de todo aquello
que daña la dignidad de nuestra condición de seres humanos o de ciudadano".

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