N° 6. Jueves, 11 de febrero, de 1813.

Jueves 11 de febrero de 1813, página 1.

Cómo elegir la organización política ideal

Basado en la idea del artículo del número anterior "La organización política ideal según Camilo Henríquez" ahora el autor cuestiona el modo a través del cual los representantes del poder ejecutivo deben ser elegidos.

ADMITIDA la division de la Potestad Legislativa, resta por examinar la ardua question acerca de la naturaleza de las partes en que ha de dividirse.  Una de estas partes esta necesariamente formada por los Representantes del Pueblo; pero hay dificultades para asignar, la naturaleza de la segunda.  Dudase si sera mas util establecer que esta Camara, ó Senado, que intervienen con el Congreso en la formacion de las leyes, haya de ser representativa, y compuesta de un cierto numero de individuos electos por el pueblo, ó haya de componerse de la case mas distinguida de la Sociedad.  Ambas formas se ven establecidas con experimentado acierto en dos Estados libres y poderosos, la primera en los Estados Unidos, la segunda en la Gran Bretaña.  Contra ambas formas se ponen objeciones y tambien se preconizan utilidades á favor de cada una de ellas.  Se dice contra la primera: que un Senado electo por el pueblo no sera siempre compuesto de personas de alta fortuna y calidad, capaces de imponer respeto á la Autoridad executiva: que al contrario, si se forma de Nobles y de los mas brillante del clero, resultara un cuerpo respetable, que sera con gran utilidad intermediario entre el pueblo y el Poder executivo para conservar los derechos de ambos: que en los balances y oscilacion continua de poderes, á saber, el executivo y el de la nacion, la nobleza se unirá por necesidad al poder mas debil, para mantener el equilibrio, de quien depende la libertad, y la permanencia de las leyes fundamentales del Estado.  se dice que el pueblo, la nobleza, y el Poder executivo deben considerarse como tres agresores, siempre expuestos, y siempre en estado de defensa: que la preponderancia de qualquiera de ellos es el mayor peligro que puede correr el orden y la libertad; por consiguiente la Camara alta, compuesta de un individuo de cada una de las familias patricias ilustres, se opondrá al aumento de Poder executivo, por que la convienen los bienes y los males de los Ciudadanos y cada uno de sus miembros es un ciudadano; é igualmente temerá la preponderancia del pueblo, para conservar ilesas sus prerogativas: que en fin ambas Camaras estan interesadas igualmente en mantener inviolable y poderoso al Executivo, como que es el unico apoyo y el protector y conservador de sus reciprocos derechos.

Los del opuesto dictamen hallan superflua esta maquina complicada de cosas, y este sistema de equilibrio.  La historia de la antigua Roma, de la moderna Italia y de la Suecia, mostrando al pueblo oprimido hasta la desesperacion por el orden de los Nobles, manifiesta, segun ellos, los excesos de la aristocracia introducida en qualquiera sistema de legislacion.  Se dice que baxo este orden no habia imparcialidad en las leyes, pues los Nobles solo aprobarian las que les hiziesen cuenta.  Se les dice: que solo una pequeña parte de los Nobles entraría en la Camara alta, y que todo el resto de ellos solo tendria opcion, lo mismo que en la Gran Bretaña, para entrar en la Camara de los Comunes: disposicion inapreciable, que por no ser conocida de las Republicas antiguas, ni de muchos pueblos modernos, no pudo oponerse á la parcialidad de las leyes.

En fin el Duque de Langres, de quien se habló en el numero pasado, confiesa que su plan en orden á la adopcion del sistema britanico, no está al abrigo de dificultades, pero el observa que no es dado á los hombres vivir baxo un orden de cosas que no padesca abusos é inconvenientes; que deben pesarse los de cada dsistema, y adoptar aquel que ó presente menos ó es indispensable adoptar, para que intervenga el orden y la sabiduria de las leyes en unas cosas, que ó ya subsisten, ó se introducirán luego con desprecio de las mismas leyes, y con daño y degradacion de la clase mas numerosa de la sociedad.

 Ver artículo "La organización política ideal según Camilo Henríquez" en el número 5 de 1813.