Aldus Pius Manutius y la revolución del libro

Hasta su aparición en pleno siglo XV el libro era un objeto raro y de muy alto costo. La precaria instrucción que existía se sumaba a lo escaso de la cultura escrita lo que cambió con este impresor nativo de la Italia renacentista.

"El lenguaje nos habla, habla a nuestro través: puesto que nos constituye íntimamente, no podemos, para nuestra desdicha y para nuestra gloria, sustraernos a él."

Lacan

Gutenberg inventaba la imprenta de tipos móviles y Aldo Manucio nacía al mundo en Velletri, una pequeña ciudad de la Italia renacentista, en 1450. Poco se sabe de su vida que no fue muy larga, ya que fallece en una ciudad de la misma península itálica en 1515.

Empero, se tiene conocimiento que en 1490, con la ayuda financiera del príncipe de Carpi, Manucio instaló una imprenta en Venecia, con la intención de publicar los clásicos griegos y latinos en volúmenes pequeños y económicos, conocidos como octavos.

Fue así que su editorial, Ediciones Aldinas, publicó obras de autores griegos, que destacaban por su belleza tipográfica y su exquisita edición, como el dramaturgo Eurípides, los filósofos Aristóteles y Platón y el ensayista Plutarco. Asimismo, recreó a otros autores tales como Isócrates, Arquímedes, Cicerón, Horacio, Virgilio, Ovidio y de los escritores medievales, editó a Dante, Boccaccio y Petrarca.

Sin embargo, su creación más reconocida es la obra de Francesco Colonna "Hypnerotomachia Poliphili", que podría traducirse libremente como "El combate de sueños de Polifilio", es el libro más famoso de todo el Renacimiento, por lo menos desde el punto de vista editorial. Fue impreso en Venecia en el año 1499.

Importante es destacar que entre sus méritos hay que contar el refinamiento de los tipos romanos, la invención de las letras cursivas y el desarrollo de las primeras colecciones de libros de bolsillo, con claros criterios de funcionalidad editorial.

Pero es necesario consignar, a la vez, que muchos historiadores no creen que Manucio haya participado directamente en la creación ni mejoramiento de los tipos mencionados. Más bien el crédito recae en uno de sus más cercanos colaboradores llamado Francesco Griffo y en los calígrafos Pomponio Leto y Bartolomeo Sanvito.

De todas formas, su contribución a la cultura escrita no es menos importante que la de Gutenberg, tanto es así que Mario Di Giacomo, Licenciado en Filosofía y Magister en Ciencias Políticas de la División de Libros Raros de la Biblioteca Nacional de Argentina, señala acerca de él que "es Manucio un divulgador de la cultura clásica en los aurorales espacios del humanismo. Y, como el humanismo, Aldo es una mirada que reacciona contra el exasperante escolasticismo de la época precedente. Su marca editorial, que será blasón concedido por el emperador Maximiliano a la familia toda, se pergeña en el delfín que se enrosca alrededor de un áncora."

El experto continúa, argumentando que "los ejemplares tirados por Manucio propenden a divulgar el saber, a vulgarizarlo, mediante la emisión de ediciones menos costosas a las entonces en curso. A no dudarlo, sus libros son la antítesis de los llamados libri catenati, tan copiosos éstos que era menester encadenarlos a graves atriles a fin de asegurar la exégesis minuciosa, pasajera, tornátil, condenatoria, definitiva. Aldus, con el cometido de multiplicar lecturas y lectores, recela de magnas dimensiones editoriales. Trabaja, in primis, con el formato de cuarto; empero, acaso una visita numinosa -fatigas escriturales de un scriptorium medievale- le conmina a contraer dicho formato, derivando en lo que hoy se conoce como octavo. Francesco Griffo aportará el tipo de letra (cursiva aldina, itálica o cancilleresca) afín a la empresa de aminorar formatos, costos, expertos y experticias."

Finalmente, la historia recita que en 1500 fundó en Venecia, la Academia de Expertos en Literatura Griega, conocida hoy como Nueva Academia. Entre sus miembros figuraban el erudito holandés Erasmo de Rotterdam y el humanista inglés Thomas Linacre.